A inicios de febrero, jóvenes de todo el país comenzaron su carrera militar a través del ingreso a la Escuela Militar y Escuela de Suboficiales del Ejército de Chile. A más de dos semanas de esta nueva etapa, los nuevos integrantes de la Institución ya viven las formas y entrenamiento militar.
Durante este periodo, cadetes y subalféreces de la Escuela Militar desarrollan su periodo de instrucción en la localidad de Pichicuy. En terreno, los futuros oficiales deben cumplir con los diferentes objetivos dispuestos para cada año de escuela, siempre bajo la atenta mirada de sus instructores.
Este periodo en terreno reviste una gran importancia al permitir poner en práctica lo aprendido en aula. Para la promoción que ingresó al instituto el pasado 2 de febrero, son días que marcarán sus vidas.
El Subalférez José Salgado G. señaló que “lo que más valoro de esta campaña, ha sido la oportunidad de transmitir conocimientos a cadetes menos antiguos, además de tener la posibilidad de trabajar con personal de suboficiales y conocer y despejar dudas sobre el arma o servicio que como promoción elegiremos a fin de año”.
A su vez, el Cadete Carlos Polanco U. destacó que durante el periodo “he tenido la posibilidad de vivir distintas experiencias que me serán de gran importancia para mi carrera militar”.
De igual forma, los alumnos de primer año de la Escuela de Suboficiales, están en su fase de adoctrinamiento, etapa en que se busca entregar los conocimientos referidos a la formación de acuerdo a las tradiciones y doctrina institucional. Además de practicar y estandarizar los ejercicios de escuela de manera individual, de escuadra y sección, junto con preparar la primera salida a terreno, en la que tendrán una formación de combate en la comuna de Pichicuy y en la localidad de Pullally.
La Soldado Dragoneante Adis Carrasco G., es una de las jóvenes que optó por la carrera militar. “Estoy orgullosa de estar aquí. Es una etapa importante dentro de mi periodo de formación, ya que nuestros instructores nos entregan las herramientas necesarias para ser excelentes militares y unos buenos futuros comandantes”.
Cada uno de ellos posee su propia historia y motivación para integrar las filas del Ejército, pero comparten su vocación por Chile, sirviendo al país en distintos niveles y lugares, cuando sea necesario, como defensa del territorio, apoyo a la comunidad en catástrofes y contribuir al desarrollo nacional.