A diario muchas personas transitan por la Plaza de la Ciudadanía, ubicada frente al Palacio de La Moneda, epicentro de diversas ceremonias de carácter protocolar debido a que en ella se encuentra el monumento ecuestre del Libertador Capitán General Bernardo O'Higgins Riquelme, cuyos restos mortales se encuentran en una cripta construida debajo de estos cimientos, donde hace más de diez años, el Suboficial en retiro Mario Carvajal es su fiel custodio. 

La Plaza de la Ciudadanía fue inaugurada en marzo del año 2006. En su centro presenta vitrales en los cuales al caminar se puede apreciar la parte superior una loza de mármol con un trofeo de armas con las banderas de Chile y otras repúblicas americanas, la que en su centro aloja el féretro del prócer nacional.

El acceso a la Cripta se encuentra al comenzar el Paseo Bulnes. En su interior está el monumento construido por el escultor italiano Rinaldo Rinaldi, obra encargada por el hijo de Bernardo, Demetrio O'Higgins, mausoleo que presenta una muestra museográfica que da cuenta de la vida y obra del Padre de la Patria.

Este espacio histórico y cultural, a cargo de la Comandancia General de la Guarnición de Ejército de la Región Metropolitana, está abierta a la ciudadanía de manera gratuita, donde desde enero del año 2012, el Suboficial Carvajal vela por que se mantenga en óptimas condiciones.

Relata que "entre las ocho y nueve horas me pongo el overol y le realiza junto a otro suboficial un mantenimiento", donde se limpia la instalación y "luego me cambio para comenzar a recibir a la gente que comienza a bajar". La Cripta del General O’Higgins está abierta al público de martes a viernes a partir de las 09:00 a las 13:00 horas y de 14:30 a las 17:00 horas, y los sábados entre las 09:00 y 12:00 horas.

El Suboficial Carvajal indica que “es visitada por colegios, turistas y público en general, donde lo más gratificante" de las visitas guiadas que realiza “es cuando comienzan las preguntas, me gusta la interacción con las personas y la mejor recompensa es que se vayan satisfechos".

Para este objetivo, el Suboficial enfatiza que está contantemente preparándose porque "para mí es un honor ser el custodio y guía de la Cripta, como fui yo el elegido, debo representar con excelencia al Ejército y al país cuando una autoridad nos visita, entregándole la mejor presentación de quien fue el General O'Higgins, como hombre y estadista".

Entre sus momentos de mayor satisfacción recuerda con emoción, hace algunos años, la vista del Presidente de Irlanda. "Para esa oportunidad, me puse a estudiar la historia de Irlanda, buscar hechos que se relacionaran con nuestro prócer, por parte de su padre, Ambrosio O'Higgins”.

Al llegar el día, le expuso al mandatario extranjero con la ayuda de un intérprete, señalando que para él fue increíble, “me sentí honrado, un simple autodidacta estaba dando a conocer a una autoridad extranjera la vida y obra de nuestro prócer nacional y él entusiasmado me preguntaba detalles y lo más gratificante es que supe responderle sin problemas".

En sus 10 años como custodio de la Cripta enfatiza que su trabajo lo apasiona, "me gustaría que siempre esta Cripta estuviese llena de gente, guiándolos e interactuando", para lo cual indica que "debo leer bastante, estoy constantemente estudiando para dar buenas respuestas a quienes nos visten, ya sean autoridades, estudiantes o extranjeros, porque para mí todos tienen el mismo valor".

Finalmente, el Suboficial Mario Carvajal recalca que "es un honor ser el custodio y guía de la Cripta del General O'Higgins y los invito a que nos visiten, no importa si saben o no la vida del Padre de la Patria, este un lugar sagrado donde se puede aprender mucho. Yo los desafío a que vengan a empaparse de nuestra historia, a conocer quien fue nuestro prócer nacional".