Muchas son las pruebas que se deben sortear para lograr el éxito. Se puede flaquear, pero el adolescente sabe que si lo deseas con fuerza lo puedes logar. Este 9 y 10 de julio, los más de 4 mil hombres y mujeres que ingresaron al Ejército para realizar su Servicio Militar Obligatorio jurarán a la Bandera. Entre ellos dos jóvenes unidos por su historia de vida, sienten que este compromiso con la Patria consolidará sus destinos.

Los soldados conscriptos Manuel Ormeño G. y Alexander Tavalí C. provienen de centros del Servicio Nacional de Menores (SENAME), quienes a sus 18 años decidieron inscribirse para cumplir con su deber y realizar el Servicio Militar en el Regimiento N° 2 “Maipo” buscando una oportunidad de superación.

El Soldado Conscripto Ormeño, oriundo de Viña del Mar, ingresó al SENAME con tan solo un año de vida junto a su hermano gemelo y sin dudarlo indica que “me inscribí para realizar el Servicio Militar porque quería salir adelante y no me arrepiento de la opción que tomé”, agregando que “me ha gustado, he tenido buenas experiencias, en la primera instrucción que tuvimos en Laguna Verde, donde nos enseñaron a usar el armamento, a disparar y quiero seguir aprendiendo”.

En la actualidad se encuentra en preparaciones para lo que será su juramento a la Bandera. Cuenta que ha practicado el texto y relata con emoción que lo que vivirá es importante para él, porque “hace poco me entregaron mi arma y estoy nervioso porque juraré con ella defender a mi país, a la gente, a mi familia. Estoy feliz por el paso que daré, yo decidí convertirme en un soldado”. Con muchos deseos por cumplir, entre los cuales le gustaría ingresar a la Institución como Soldado de Tropa Profesional.

En este sentido, para el Soldado Conscripto Tavalí proveniente de Quilpué, que ingresó a los ocho años de edad al SENAME, manifiesta que “desde pequeño quería ser uniformado y para ello decidí realizar el Servicio Militar, para avanzar en este camino y cumplir esta meta”, indicando además que no se arrepiente de su decisión.

“Cuando comencé a practicar, no sabía nada de lo que era el juramento a la bandera. Ya me aprendí el rezo, me ha costado un poco la pronunciación y cada vez que lo digo me pongo nervioso porque no quiero equivocarme”, dice Tavalí, pero recalca con convicción que “me emociona cada palabra que digo. Jurar a la bandera tiene un significado importante, porque sellaré el compromiso de dar mi vida por defender a mi Patria, a mi familia, siento eso que llaman vocación de servicio, porque quiero servir a mi país siendo Carabinero”.

Finalmente, ambos jóvenes valoran lo que han aprendido en estos meses de conscripción, donde el Soldado Conscripto Tavalí indica que en estos meses “he crecido como persona, me han gustados las instrucciones y estas tradiciones militares como es el Juramento a la Bandera y agradezco las oportunidades y beneficios que entrega el servicio militar”, y por ello, el Soldado Conscripto Ormeño culmina invitando “a los chicos del SENAME a que se inscriban y tomen este camino, hay algunos momentos difíciles pero todo es superable y aquí tienen una opción para salir adelante”.

Por Marcela Pérez Roasenda, periodista de la Dirección de Comunicaciones Estratégicas del Ejército.