Con solo 26 años, esta será la tercera Gran Parada Militar en la que participará la Cabo Vanesa Quepuyao I., parte de la Banda Instrumental Montada del Regimiento Escolta Presidencial N° 1 “Granaderos”, quien desfila con orgullo en los ensayos en la elipse del Parque O’Higgins. “Es un sueño cumplido”, dice. Ella es músico de trompeta baja y se presentará frente a las más altas autoridades del país como parte de la Banda Montada.

Oriunda de Osorno, es la primera militar en su familia de ascendencia mapuche, quienes siempre le han entregado su apoyo en seguir la carrera de las armas, la que pudo combinar con su segunda pasión: la música. “Es algo que siempre quise ser. De chica veía siempre la Parada Militar en el campo, junto a mi familia. Fue un sueño que, gracias a Dios pude cumplir, ingresando al Servicio Militar en 2015 y a la Escuela de Suboficiales como músico”.

Y si bien dice estar contenta por el curso que toma su vida, la Cabo Quepuyao reconoce que hay momentos difíciles. “Es duro, tiene que haber mucho amor al país y vocación”. Sin embargo, reconoce que “vale la pena, porque cuando uno, como músico, estamos con niños, vamos a hogares de adultos mayores y hacemos retretas, verlos sonreír, verlos bailar, que aplauden, que muchas veces no recuerdan todo, pero que por un momento todo vuelve, es algo que te llena, y para nosotros nos renueva la vocación ese tema, del cariño que nos entrega la gente es algo que nos llena mucho”.

Su vocación es indudable y la demuestra con destreza al montar su caballo Magnolia e interpretar con la Banda Montada “La Marcha de Königgrätzer”, la misma que cierra la Gran Parada Militar. Y si bien dice estar realizada por este logro, confiesa que hay un orgullo mayor: “Mi padre, antes de partir, me vio salir de la Escuela y sé que se fue orgulloso de que cumplí mi sueño. Cada vez que subo a mi caballo pienso en eso, en enorgullecer a mi familia y a mí institución, porque los represento a ellos”.