A los once años nació su entusiasmo por la equitación, deporte que con los años lo fue profesionalizando hasta llegar a integrar la rama ecuestre del Ejército y conseguir en el año 2010 su primera participación en un campeonato internacional.

A la fecha, el Teniente Coronel Carlos Villarroel L., ha representado al Ejército y al país en distintas competencias ecuestres internacionales  y en la actualidad, “me encuentro en un proceso de clasificación para los Juegos Sudamericano que se desarrollará en el mes de noviembre de este año en Buenos Aires y para los Juegos Panamericanos de Santiago 2023”, enfatizando que “ya cuento con la habilitación panamericana pero aún quedan instancias que permitirán seleccionar al equipo que finalmente participará”.

El Teniente Coronel Villarroel relata que llegó a la equitación por una casualidad, “por un compañero de curso. Mi padre es marino y estando destinado en la Base Naval de Talcahuano me acerque al Regimiento “Guías” en Concepción, a practicar equitación”. Luego su padre fue destinado a la ciudad de Viña del Mar y continuó con este deporte en el ex Regimiento “Coraceros” y posteriormente en el Regimiento “Maipo”, donde tuvo la oportunidad de conocer más de cerca el Ejército, surgiendo así el interés por ingresar a la Escuela Militar.

Este oficial es el Jefe del Departamento I “Personal” de la Comandancia General de la Guarnición de Ejército de la Región Metropolitana y es uno de los tres jinetes habilitados para representar al país en los Juegos Panamericanos que se desarrollarán en Santiago 2023, en la Prueba Completa de Equitación, y para ello viaja constantemente a la ciudad de Quillota, al Campo Militar “San Isidro” para entrenar con su caballo “Bipolar” con el cual ya son tres años de trabajo.

Cuenta que “a lo largo de mi carrera he tenido distintos caballos. Siempre he montado caballos de cría militar los cuales tienen un proceso de formación bastante riguroso, donde se hace un trabajo progresivo a largo plazo”, donde la clave del éxito es que se consolide el binomio lo cual se da “de acuerdo al entrenamiento, a las características del jinete y caballo y al complementarse ambos se pueden dar las condiciones para integrar la alta competencia”.

El Teniente Coronel Villarroel relata que estos serían sus terceros Juegos Panamericanos, “donde me gustaría consolidar y mejorar resultados”. Junto a “Bipolar” competirán en el Concurso Completo de Equitación enfatizando la complejidad que tiene esta prueba producto que “con el mismo caballo se realizan las tres disciplinas, adiestramiento, cross country y salto, en tres días, por lo cual el caballo debe tener una condición especial en el ámbito técnico, físico y sanitario acorde a las exigencias de una competencia de este nivel”.

Para lo anterior, este maestro de equitación manifiesta que se requiere de un entrenamiento riguroso, bien planificado donde “hay un gran equipo por detrás, un staff integrado por la persona que cuida diariamente al caballo, entrenadores de las diferentes disciplinas,  veterinarios, herradores, psicólogos deportivos”, donde todos juegan un papel clave para el cumplimiento de este objetivo, “el caballo está sometido a la alta competencia lo que conlleva un  nivel de exigencia mayor, por lo tanto  requiere de un entrenamiento y un cuidado especial”.

Finalmente, este seleccionado nacional, padre de tres hijos, cuenta con orgullo que “siempre he recibido el apoyo de mis padres y familia,  que me han incentivado en todo, al igual como lo ha hecho a lo largo de mi carrera la Institución, los mandos de las distintas unidades en las cuales he servido”, lo que le ha permitido desarrollarse completamente como profesional y deportista, agregando que uno de sus sueños “es llegar a los Juegos Olímpicos algún día y para ello debo seguir trabajando, es una aspiración que he tenido toda mi vida y creo que es posible y para ello, hay que esforzarse y seguir entrenando para logarlo”.